viernes, 11 de marzo de 2011

CUANDO EL ARTE Y LA ESCRITURA SE DAN LA MANO...

Joan-Pere Viladecans, quien afirma ser un apasionado de la literatura que piensa en imágenes, ha conseguido unir la palabra con la pintura a través de la exposición de 18 obras recientes que versan sobre el hecho poético y la palabra escrita. 


Los dos últimos años de su vida, los ha invertido en darle sentido a esta serie sobre géneros literarios que desde esta semana hasta el mes de julio estará expuesta en el museo Can Framis (de la fundación Vila-Casas, en Poblenou). Bajo las 18 pinturas inéditas subyace el mensaje de que "en toda creación se da el hecho poético, que puede estar tanto en un instrumento de labranza como en una pluma o un cuadro". Viladecans destaca de sus obras que "son obras aisladas, preguntas que me hago: ¿dónde nacen los géneros literarios?, ¿en qué lugar del cerebro se originan las percepciones sensoriales?, además de iconografías que nos hacen pensar en las novelas de Thomas Mann o del primer Steinbeck. Pretendo lanzar unas pistas y que el espectador acabe las obras de acuerdo con su canon cultural y su sensibilidad, no quiero una obra cerrada en sí misma, sino sugerir".

En las obras se combinan las técnicas adaptadas a la evolución tecnológica actual, como la reproducción digital, con técnicas rudimentarias, como es la utilización de raices de tomatera a modo de pincel. Viladecans explica la extraña utilización de esta técnica afirmando que "hay un par de obras que hacen referencia al huerto mediterráneo, ese huerto, quemado, en siluetas negras, que se resiste a morir, con todas sus especies: cebollas, nabos, rábanos, remolachas...lo planteo junto a una escala de colores, me ha parecido una idea muy conceptual".

La exposición incluye cuadros que aluden a la neurosis o a las enfermedades mentales, como es el caso de Setge de corbs, o a la indagación sobre el germen de la creación, como El niu de la literatura. El recorrido finaliza con un autorretrato casual, Faustus, ya que "el personaje necesitaba un individuo y yo era el que tenía más a mano. Me baso en el Fausto de Thomas Mann, o sea, el músico Schönberg".

Una maravillosa exposición, que no hay que perderse, que nos adentra en el mundo literario pero de una manera inusual; no con palabras, sino con mirada. Ya sabemos todos que "una imagen vale más que mil palabras..."  

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